El lenguaje y el estilo pictórico de la abstracción intenta comunicarse con el espectador, quien se encuentra con el reto de entender las extrañas formas y colores que observa. Los críticos y teóricos del arte intentan desvelar el significado de la pintura abstracta y para ello tienen en cuenta la trayectoria del artista, sus ideas y motivaciones. Este tipo de análisis tiene un componente misterioso, pues no es fácil que el público no especializado comprenda esta expresión del arte.
El pintor abstracto pretende comunicar en su obra no lo que se ve de manera evidente, sino aquello que él siente o piensa, independientemente de su imagen convencional. Este enfoque de la pintura es una expresión de libertad, la búsqueda de emociones o sentimientos al margen de la figuración más o menos real de lo que existe.
La pintura abstracta siempre ha estado envuelta en una cierta controversia. Hay sectores que la defienden como una expresión libre de la belleza y la comunicación. En cambio, también tiene detractores, quienes consideran que la pintura figurativa está por encima de la abstracta. Quien realmente puede juzgar el sentido de la pintura abstracta es el espectador, aquel que siente algo, piensa o se emociona a partir de lo que ve.